A mis alumnos de 4º de E.S.O. no les ha sentado muy bien perder. A los de bachillerato les ha sido algo indiferente. De todas maneras, quiero que no se sientan mal, para mí, ambos grupos son los mejores; también hay que saber perder. Decantarse entre los 28 trabajos era muy difícil. Por ejemplo a mí el que más me gustó por el enorme esfuerzo fue el realizado por una profesora de Madrid y el que me llegó al corazón el realizado por otra compañera de Ponferrada.
Aunque ahora muchos estén enfadados y digan que prefieren ir al Reina Sofia o al Prado yo les animo a que visiten el Museo Thyssen-Bornemisza. Los concursos no dejan de ser una lotería; participar en un proyecto a nivel nacional ya ha sido una gran suerte para un centro como el nuestro.
Desde aquí aprovecho la ocasión para dar gracias a Raúl por haber hecho la foto en el salón de actos. En la fotografía salgo inmóvil, quietecito... Ahora entiendo a mis alumnos cuando se ponen nerviosos en clase. Siempre me recriminan que no soy como otros compañeros que imparten sus clases magistrales sin levantarse de la silla del profesor. No dejo de ir de un lado para otro gesticulando y moviendo los brazos. El otro motivo de broma son mis continuas anécdotas y gracias...
Que me perdonen por lo anterior y por lo futuro. Ahora haremos un proyecto pedagógico para la competencia en el que volveré a experimentar con ellos. Estoy seguro de que volverán a ser los mejores y a todos ellos poco les importará el juicio o la opinión de un jurado al que hoy dicen "tenersela jurada".
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