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sábado, 12 de enero de 2013

Nueva práctica con la consola Nintendo y el juego New Art Academy

Aquí podemos contemplar otro ejemplo de las posibilidades que ofrece la consola Nintendo y el juego New Art Academy. Para esta ocasión hemos elegido una obra del Museo Thyssen-Bornemisza: Santa Catalina de Alejandría de Caravaggio. Francamente, New Art Academy aún da mucho juego... Aunque en este ejemplo el parecido deja mucho que desear os aseguro que en próximas entregas las imitaciones serán más verosímiles. Hay que reconocer que las texturas visuales son muy parecidas a las conseguidas con técnicas pictóricas habituales, pero el modo de proceder de cada una de las herramientas empleadas en la consola distan mucho en parecerse a los procedimientos tradicionales. Lo primero que hay que asumir es precisamente eso: la diferencia entre los dos modos de hacer. A partir de ahí los trucos que se aprendan serán muchos: la dificultad de aplicar las veladoras puede ser sustituida por el difumino de los pasteles, la falta de precisión y carga del pincel en el óleo puede suplirse con la superposición de trazos con lápices de colores, los brillos del empaste con veladoras posteriores al secado, etc.  La incompatibilidad que hay entre las diversas técnicas académicas no existe en New Art Academy.

En definitiva, es cuestión de practicar mucho y no obsesionarse con poder lograr la copia o la mímesis perfecta. Las posibilidades del juego son enormes y tiemblo al pensar que el reciclaje del profesorado de artes es inminente: el asesinato de la pintura preconizado por Joan Miró está a la vuelta de la esquina. No digo que el peso de la tradición sucumba ante juegos electrónicos; la pintura al igual que la tiza siempre estará presente en el aula. En el futuro siempre habrá un espacio para la pintura de caballete, la pintura siempre encontrará su hueco, su nuevo lugar.

Sin embargo, dicho lo anterior, quién me iba a decir hace veinte años que los futuros alumnos de Artes aprenderían a dibujar sobre tabletas. Bastará con mejorar la precisión del delgadito lápiz de plástico y aumentar el tamaño de la pantalla para que los jóvenes desechen las técnicas tradicionales en favor de un resultado más rápido y limpio. No se olvide, que por desgracia,  gran parte de los adolescentes de hoy evitan el esfuerzo y viven en el consumo rápido, en la inmediated: quieren buenos resultados y los quieren Ya. Por fortuna muchos de ellos no tendrán que ensuciarse las manos, invertir en costosos materiales, disponer de un espacio amplio; la consola o el invento futuro les facilitarán el trabajo. Al fin y al cabo si la creatividad no lleva implícita la herramienta por qué hay que complicarse la existencia y perder tiempo. El adolescente de mañana no tendrá ningún prejuicio al respecto.

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